miércoles, 31 de agosto de 2011

martes, 30 de agosto de 2011

Pekita, lloro por vos


La indómita luz se hizo “karma” en mí.
Vi cómo sus ojos de luz desaparecían en la eternidad.
Cómo uno espera tanto un día -acontecimiento esperado- y en ese mismo día cómo uno puede trabar tanto su cabeza por otro, esos, acontecimientos inesperados.
Toqué el violín esperando escuchar su quejido. Toqué con la sangre caliente que me queda de este día lo mejor que pude para vos.
Busqué guitarra, busqué tambor; pensé en la tierra, en sus raíces, fortalecientes, por ella por vos. Salí a la calle, a la tierra, a vos, y abracé la cruz al “atardecer”.

jueves, 18 de agosto de 2011

El cancionero en llamas

Lamentos de celebración
Pablo Matías Vidal sacó “Verano”, su segundo disco. Refugiado del frío del invierno en el bar de Aníbal cuenta qué fue lo que lo inspiró a componerlo y de cómo prenderse fuego. Y de las cosquillas del costado. Y de si te cree o no te cree. Y de si va a la entrevista o la cancela educadamente.
“…este no es mi vida
es sólo un adiós a un amigo
no es lo que soy como
es sólo un adiós a un amigo
que no podía hacer las cosas bien
adiós a un amigo
dijo en realidad sólo quiero bailar…”.
A fond farewell (Un adiós). Elliott Smith.
Por Facundo Arroyo

“Sí, el disco nuevo de Orquesta de perros va a estar buenísimo. Sí, ahí pido otra. En realidad hoy te iba a llamar para suspender educadamente la entrevista. Después lo pensé. ¿Por qué loco? Hacete cargo, hiciste un disco, te llevó mucho trabajo. Aníbal ¿nos traés otra cerveza? Hola caballero (Míster Blues pasa por al lado) ¿Cómo anda? Gracias Aníbal, pasame el vaso que te sirvo.

martes, 16 de agosto de 2011

Los Beastie Boys en el Conser


El otro día entré al Conservatorio escuchando el disco nuevo de los Beastie Boys. El frío me partía la cara, arriba de los auriculares tenía una gorra con un número 3 más la capucha negra de la campera. Miré de reojo la cara de Gilardo Gilardi y tiré una bocanada de vapor mientras subí las limpias escaleras. Adentro, en el hall principal quise ver a Ad-Rock pinchando discos y diciéndome que “El abuelo viene rapeando desde el 83´”, en vez de la señora de recepción con sus polleras largas, su último botón prendido y sus zapatos lustrados. Cuando pasé a su lado, la rocé con mi campera y me aseguré bien de que su lunar peludo no sea el tajo del barrio americano; casi no quise comprender que “Hot sauce Committee part two” se apagaba y estuve a punto de ponerle los auriculares a la amable y educada señora. Hubiera estado bueno, todo.