“Que suene a victoria cuando rompa el silencio”.
Y que ya pertenece a esta tierra, encadenado el cantor.
“Cuando canta el cantor calla la vida”.
Y La cantora siempre fue la madre, pachamama de nuestro suelo latinoamericano.
El cantor está en la lagaña de madrugada del obrero. Está en el barro del hornero. Está en la lucha de la goma de siesta en el asfalto, “Olor a goma quemada”. Está en el hambre de los gurices, en la cama de cartón del social condenado, en la lucha, adversario de los que ofertan las raíces.
Matices es canción popular. Somos cantores populares en los ojos de Kosteki y Santillán, en el coraje de Jorge Julio López, en el aguante de los que se quedaron, del mucho palo a los neoliberales que quieren seguir estando. “Cantamos porque nuestros muertos quieren que cantemos” y porque siempre supimos que mientras sigamos cantando nos vamos a encontrar en la victoria, siempre.
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