miércoles, 18 de mayo de 2011

La entrada 50 :: DG - Mayo - 42

La distancia es brutal
 VivoConectado es un grupo de personas que transmiten recitales en directo desde distintos puntos de la Provincia. La experiencia empezó sólo como un proyecto radial y hoy ya cuenta con imagen, fotografía y producción periodística. Cómo hacer para que un pibe en su habitación, desde cualquier parte del universo, esté conectado a Internet y haga pogo.

Por Facundo Arroyo. 



Mátrix: hay dos pastillas que orientan tu futuro. O la una o la otra. Se levanta el tubo de un teléfono para pasar a la siguiente dimensión. Dimensión desconocida por la ciencia y la naturaleza. La Matrix propone la de su sistema o la de la realidad programada por ella que viene a ser nuestra realidad. La Matrix dice que nuestra realidad no existe, podríamos decir que nosotros mismos la construimos a través de nuestras significaciones sociales, pero no, la Matrix afirma que quien la construye es ella. Que la realidad es el mejor sistema diseñado por un arquitecto que la volcó a la madre del sistema. Por eso a partir de un teléfono uno se puede trasladar dentro o fuera del funcionamiento, como cuando no podés ir a un recital y unos enfermos de la comunicación te dan la chance de que igual estés ahí, en vivo, conectado.



¿Cómo es esto? Fácil, cada una o dos semanas tenés que estar atento y meterte en www.vivoconectado.com.ar y anotarte cuándo estos muchachos se van a meter adentro del lugar donde toque esa banda que no llegás a ver. Hay un nervio central de fundamentos en la propuesta de este proyecto que resaltan interés para un entretenido debate: la federalización de la música -de Buenos Aires al mundo-, la replicación de la comunicación entre personas que se encuentran separadas geográficamente e Internet como el medio de difusión del siglo XXI.
¿Cómo hace De Garage para anclar esta temática? Fácil, nos sumamos a una transmisión en vivo de Estelares en La Trastienda, sumado a que varios de los integrantes de VivoConectado son de o residen en La Plata.
¿Cómo es que un tipo que está en México puede ver en vivo y en directo a Kapanga en el Luna Park u otro que está privado de su libertad llenar de alegría el pabellón con Dancing Mood desde Niceto? Fácil, ticlear en el enlace de cada transmisión y además disfrutar de una previa con entrevistas, información y un repaso completo en manos de un equipo periodístico que llega tres horas antes al lugar de los hechos y prepara su estudio portátil.

En La Trastienda se caga más de los que el culo da. Te revisan dos veces, ninguno ríe, el precio de las entradas es altísimo y cuando uno entra al espacio del vivo se encuentra con un simple circo de chapa y cemento dividido mentalmente por precios: más cerca / más caro. Pero son todas sillas iguales, entre mesas de madera cuadrada, algunas banquetas más altas y ninguna tiene número aunque la chica que trabaja ahí te dice: “Este es el asiento 43”. Un asiento 43 que quizás supere el precio de tres discos estreno. ¡Ah! Pero tiene, arriba del escenario, un cartel luminoso que dice “La Trastienda”.
Esta noche, sobre la superficie, no hay sillas porque Estelares agotó las entradas. Sólo queda el primer piso para que te digan que un asiento tiene un número imaginario y un precio grosero. En uno de los rincones, sobre un amplio sillón, está el equipo -humano y robots- de VivoConectado. Desde una caja, especialmente diseñada, sale una pequeña consola, una pc con pantalla plana y algunos repuestos que hacen que la transmisión pueda salir en vivo. Siempre se necesita tirar “un par de cables” a la consola central del lugar para poder desarrollar el recital con la mejor calidad de sonido. Hay otra pc para el intercambio con los usuarios, dos cámaras, y una filmadora que getea sobre el borde de la consola central.
Los integrantes de VivoConectado son: Claudio González, Productor general; Nicolás Tossici, Conductor; Fernando Caselli, operador; Sebastián Oviedo, co-condutor y contacto en vivo con el público vía Facebook; Sebastián Carril, fotógrafo y productor y Gabriel Smiths, camarógrafo, integrante que se está sumando en esta transmisión en vivo.
Hay un pibe apoyado contra el borde del escenario, flaco, alto -poco más de 1,80-, con anteojos de mucho aumento. Canta “En la habitación”, tema de Estelares editado en “Ardimos”, de 2003. Fijos sus ojos en el telón cerrado sabe toda la letra. ¿En qué pensará? ¿En quién? ¿Querrá que Estelares toque ese tema hoy?
“En la habitación se escucha el teléfono”, dice el tema y la grita Moretti desde uno de los lugares más oscuros de su prosa tanguera y pop. “Aún está muy ido no puede atender”, sigue y la guitarra de Bertamoni, cada vez mejor en vivo, escupe un riff frío y repetitivo que proyecta la imagen de esa persona tirada en el piso. Suena el teléfono y Manuel Moretti lo atiende, como en Matrix, tira el “Hola” y aparece en el escenario de La Trastienda con una remera negra que dice en plateado “Leonardo Favio”. La misma que usó cuando salió al aire en el programa 6, 7, 8.


En los recitales actuales de Estelares hay pogo, más de ochocientas personas y una estrella pop. Encantadora la estrella, siempre reflexionando sobre su paso oscuro por las drogas, moviendo su culito en canciones movidas, y ¡tocando las manos de sus fans!
Una vez que Estelares larga el primer acorde VivoConectado suelta la transmisión y deja que el recital se apodere del espacio de Internet. Al tercer tema hay gente saludando desde España, uno que se le pone la piel de gallina porque no puede estar ahí pero igual está y los seguidores que ya tienen por costumbre armarse un fernet, darle clic al sitio y disfrutar desde su casa.
A partir de los detalles que surgen en el recital, por ejemplo Moretti citando a Freud, se va completando la información y de alguna manera se comunica al instante cualquier tipo de duda. Eso hace recordar a las miles de veces que uno se queda pensando ¿De qué disco era eso?, ¿de quién es esa versión? O directamente ¿quién es Freud?

“Las posibilidades son muy buenas y creo que tenemos mucho margen para crecer. La gente se sigue enterando de lo que hacemos y aumenta la que nos sigue asiduamente. Aun hay bandas que no entienden el concepto de lo que hacemos pero creo que con el correr del tiempo eso cambiará”, dice Sebastián Oviedo que se enoja cuando los tratan mal o directamente no les otorgan las mínimas necesidades para que puedan desarrollar su laburo. Porque también pasa: a veces ni siquiera se entusiasman con el proyecto, ni el lugar ni las bandas, a pesar de que el equipo de VivoConectado no cobra por hacer las transmisiones.
“Como perspectivas tenemos miles, sabiendo que es un medio con llegada al interior del país y a otros países, dependiendo la banda, tenemos ganas  de sumar algún otro medio (como el gráfico, por ejemplo) para seguir creciendo con esto de la comunicación y la conexión (virtual o no) con el que recibe”, cuenta Claudio González que es el más inquieto del equipo, saluda a músicos conocidos, consigue la cena, acreditaciones y el contacto directo con la banda que ese día toca en vivo. En la fecha de La Trastienda llega tarde por otro trabajo y no logra hacer contacto con Estelares y “es una pena”, dice, porque a veces hasta los mismos músicos tienen la posibilidad de mandar saludos para España o México en vivo y en directo.
Hay otras transmisiones que hasta los artistas se acercan al estudio portátil de VC y realizan una entrevista, luego mandan saludos cuando ya están arriba del escenario a los usuarios que lo piden, regalan remeras en la transmisión y hasta se dan sorteos en vivo de los discos de la banda.
“Tener la posibilidad de entrevistar a músicos que respeto muchísimo como Flavio Cianciarullo o Ariel Minimal (Pez). Es muy divertida la transmisión en sí, la paso muy bien” dice Sebastián con grandes auriculares puestos y una barba prolijamente recortada. “Conocer y compartir un espacio de laburo con buena gente, llena de humildad como Rico Rodríguez, los locos de Kapanga, Dancing, Aztecas Tupro, Las pelotas, está re piola”, cuenta Claudio mientras le dice al manager de Tan Biónica que tienen que “armar algo”.

Mientras Estelares hace un covers de Virus los integrantes de VC comen empanadas de carne y de jamón y queso; hay tres latas heladas de cerveza también. Moretti vuelve a salir con una acústica y sigue cantando, “me quedaría tres horas más”, dice y hace una mueca al cartel luminoso de La Trastienda. “El viernes que viene volvemos a estar, nos vemos acá” y Estelares cierra con “Ardimos”. Una más de Manuel y las drogas: “En el pasado ardimos con lo que consumíamos” y ahora está feliz, sigue tocando las manos de sus fans y el joven que cantaba “En la habitación” está en el centro del amontonamiento y parece que se va a descolocar la mandíbula de cómo gesticula cada frase de la canción. El joven grita cantando mientras tiene su brazo izquierdo levantado y en la punta su dedo índice estirado, apunta al techo, ¿al cielo?

Cuando en La Trastienda no queda nadie y Vivo Conectado ya tiene sus equipos apagados y apoyados en la vereda que da al edificio de TyC Sports, Sebastián sigue contestando mensajes desde su celular, quizás el nombre de su proyecto no sea exageración.
En la autopista de Buenos Aires a La Plata se ve un cartel luminoso de Johnny Allon, ese que canta “canciones al corazón” y conduce un programa en Canal 26. Claudio lo mira de reojo y se ríe. Transmisión en vivo de Johnny Allon… no estaría nada mal… pero nadie dice nada al respecto, adentro del auto se charla sobre las condiciones de algunos de los eventos y Sebastián cierra caliente: “Nos tenemos que hacer respetar más”. Mientras tanto hay un pibe que desde su habitación acaba de ver un recital en vivo y está chocho, es más, le suena en la cabeza una canción que no escuchó en la transmisión y grita hacia el living: “Papá decile a mamá que yo me marcho de acá para siempre”.

Como dice una amiga: La edición en papel siempre es mejor.







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