lunes, 14 de marzo de 2011

1927 - 2011


La última vez que vi a David Viñas fue en una charla. Hace apenas algunos meses. No había más de veinte personas y él andaba con un whisky. Mientras hablaba trataba de abrir un paquete de cigarrillos. No podía, conversaba y metía los dedos en el plástico cerrado. Me distraía mirando ese intento mientras él tiraba similitudes de Perón y Borges. Chupaba whisky, trataba de fumar. Supuse: ¿Qué más en la vida? Whisky, tabaco inexistente, más de ochenta.

Hasta siempre comandante literario. Debo algunas lecturas suyas, pero como dice la nueva Amapola (66´): “Muerto a laburar”.

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