Hablamos de la libertad, a punto de entrar a una plaza. El tipo que me propuso una ronda le brillan los ojos, gastados, revolea su trapo demencial y se acuerda, la libertad: “No te mueras hijo de puta, quedate, miranos como vivimos ahora”, aprieta su voz y sus labios. Luego se va.
PD: Sin López no hay Nunca Más.
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