martes, 22 de marzo de 2011

Cucurto y el Conurbano

 

El domingo en la FLIA de Ituzaingó Cucurto nos hizo dar cuenta de que para encontrarlo hay que ir. No mandes mails, no hay teléfonos. Vénganse. Cabezón, no tan alto como lo imaginaba, remera de Marruecos (sin marca oficial) y comiendo un pedazo enorme de pastafrola. En el tren de vuelta, haciendo equilibrio entre la gente, vi los pies de un tipo que salía de laburar. Va parado, de Morón a Once, duerme quieto y con los ojos abiertos. Quiero escribir desde ahí. Que mi angustia no sea un cuadro sino los pies hinchados de ese tipo. En los bordes, en el tren roto y a oscuras, en el polenta conurbano.

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