martes, 20 de septiembre de 2011

Mercado central

Medio kilo de fruta
Patín, el changarín sacó un disco hace cinco meses. Le fue bárbaro, ahora protesta por la baja de alquileres y por nuevas políticas culturales. “La verdadera autogestión debe venir del Estado” escupe.
 Por Facundo Arroyo
Patín trabajó de changarín para juntar la plata de su disco. Sí, por eso lo de Patín el Changarín. Este mes se van a tocar a Santa Cruz en Avión, movida universitaria, todo cubierto. Tienen pensado arrancar para Rosario, Santa Fé y “ojalá” que para Córdoba. El disco salió hace cinco meses y el cd es una sandía. Está al frente de una protesta estudiantil de carácter nacional, compuso un tema para eso. Patín tiene risa de oveja fumona, rulos dorados y una moto nueva, peor que la de antes que se la acaban de robar, “Sí, estoy en banca rota, encima fue con la que recorrimos Córdoba. Hice un tema de eso”.


Qué mejor que la pizzería Bacci para juntarse con este muchacho que se presenta adentro de una verdulería pero no se queda en esa. Patín se hace el zonzo pero en el fondo, bastante adentro, hay mensaje, hay laburo musical. Bacci, ese lugar donde la sincronía se come una rellena con espinada, donde el tiempo no pasa, las generaciones se juntan y se amontonan en las mesas que siempre son las mismas. Bacci, donde hay un cuchillero que si te agarra te parte en dos, donde hay mozos más vigorosos que las águilas y donde hay esas pizzas que parecen somieres de vacaciones pagas.
Bacci es nacional y popular y Patín también.

-­­­­­­­­­­­­­­­­­­­Mi disco sale diez pesos-. Silencio.­­  
­-¿¡Diez pesos!?
-Sí, diez pesos. Y también lo vendo en Génesis pero nunca lo digo. Juancho me quiere matar.
-Pero Patín es un disco con 14 canciones, muchos músicos, sonido profesional…
-Sí, ya lo sé. Pero la­­­­­­­­­­­­­­­­ cosa viene por otro lado.
Y ahora Patín desarrolla su teoría como si fuera la Constitución del 49: “Es una cuestión moral. Me parece que está bueno el precio (risa oveja). En mi opinión es una cuestión demagógica el tener una entrada y un disco caro. Porque digo, si vos tenés un Estado -que no es el mismo el de ahora que los de antes-, en ese sentido me refiero a los gobiernos que en definitiva llevan adelante el Estado. Pero digo: vos tenés al bolichero que coimea a la Patrulla Municipal de Bruera, tenés al mismo Municipio que pone trabas para que las bandas no toquen, tenés al sonidista que quiere cobrarte por el laburo que hace; y vos como músico, ¿qué vas a hacer?, ¿vas a reventar a la gente que le gusta tu música? Y encima viene SADAIC y yo no veo un mango, no le voy a reventar la cabeza al público que nos va a ver. Me parece que el cambio tiene que ocurrir desde el respeto a la persona que escucha. Los músicos debemos vivir de lo que hacemos pero no a costa de la gente, sino a costa de buenas políticas culturales que valoren el trabajo del artista, y que se plantee como un laburo”.
“Creo que hoy en día un disco a diez mangos no es mucha guita para el que lo compra y tampoco es algo que a mí me haga perder plata. Dicen que es un regalo, pero para mí es un valor accesible. Nacional y popular aaahja”, se ríe Patín.
Después sigue con las injusticias discográficas, pero ahondando en los artículos: “En realidad, personalmente, no tuve ningún problema con la UMI, lo que sí tuve problemas fue con algunas empresas, en especial con Master disc, si querés poner esto ponelo. Nos trataron como mierda porque vos le llevás las cosas que te piden. Ellos a vos te cobran en dólares y en la conversión te morfan la guita (muerde los labios). Es bastante jodido por parte de la empresa tener esa política. Encima que te tratan mal, te cagan con la guita; creo que es uno de los convenios que UMI debería rever como operatoria, y no tengo ningún problema en decirlo públicamente. De hecho la semana que viene voy a tener una reunión con la gente de UMI y lo voy a decir, que es una vergüenza y que ojalá que como organización podamos trabajar todos los músicos “independientes” para generar convenios, también en La Plata, y haya más trabajo”.
“Yo creo mucho en el trabajo autogestionado de la banda y los movimientos para pedir beneficios en común. Acá en La Plata no hay nada de eso. Con respecto a la UMI lo mío no es una queja sino que es una crítica constructiva que yo les voy a hacer personalmente”, aclara geteando mientras come una especial.
Y en el preámbulo de este desarrollo social-musical Patín dice: “Lo que se tiene que empezar a rescatar de todos los artistas de La Plata, Ensenada, de toda la región es el mensaje, sus conceptos, el cariño. Uno esto lo hace por la camiseta, no lo hace por la guita, hoy en día ningún músico posta lo hace por la guita, salvo los que alcanzaron grandes niveles de promoción, pero son los menos”.
“Hay que sacarle la tarasca a SADAIC, todos se la tienen que sacar. Es lo que nos corresponde porque a mí el estado me paga y está bien que así sea, porque yo pago mis impuestos, entonces está bueno que me los devuelvan. Esto es algo que tienen que empezar a hacer las bandas de La Plata, registrar los temas, exigirle a SADAIC lo que corresponde. Las bandas tienen que empezar a ser más polentas y dejar de vivir del público. El sistema que realmente vale la pena es el del Estado, de la guita que uno pone, esa es la verdadera autogestión, blanqueando todo”, y cierra la contratapa constitucional de esa profundidad de la cual De Garage se refería. Minga jugar nada más que al metegol. O si jugás haciendo molinete lo vas a escuchar; sí, hay diversión, pero diversión completa, no de la que te enferma la cabeza.

Anchorena: la tenés…
La banda de Patín está compuesta por: Sebastián Arias en batería (amigo del alma), Belén Nesi en teclados, Agustín Dettbarn en bajo y coros, Esteban Cejas y Ezequiel Dobrovsky en guitarras y percusión. Casi la misma que grabó el disco, salvo algunos cesionistas. “Después también tenemos otros guitarristas y percusionistas que todavía no están fijos pero la idea es que se vayan sumando de a poco a la banda. Están todos copados en la movida pero bueno hay que tener paciencia y hacer las cosas bien”, explica.
“Uno siempre relaciona con que el estilo musical se gesta en la ciudad de La Plata en referencia a determinadas prenociones. Yo no las cumplo. En ese grupo de bandas hay maneras de sentir a la música que yo no comparto. Me gustan otras cosas. En mi estilo está la comparsa, barrial, la murga y sumado a eso el reggae, la cumbia y el reggaeton. Y así como hacemos canciones que hablan del metegol, hay otras que hablan de lo que es la sociedad en este momento y a su vez está Belén (tecladista) que arriba del escenario se pone a revolear el orto”, se desmarca en relación al disco.
La repercusión del disco de Patín lo lleva al desconcierto y a no saber encontrar muchas explicaciones. Al momento de escribir esta nota, el Myspace de la banda acaba de superar las 15 mil escuchas. Rotación de todos los medios locales y algunos nacionales. Patín dice que se está construyendo un público en torno a la esencia y que eso lo divierte mucho.
El sábado 2 de septiembre se vuelve a presentar en La Plata en el Centro Cultural Favero. Estrenarán el primer videoclip, producido por Del interior producciones,  aunque ya se haya visto otro por Canal 27. “Este lo vamos a mandar a la tele”, dice y se ríe porque se acuerda de algunas escenas.
En el disco de El changarín aparecen discursos, ruido a metegol, Patín bardeando a todo el mundo y cualquier bizarreada que se les pueda ocurrir. Es un disco difícil de escuchar, pero bien simpático. Con marcada postura social, Patín debate algunos dilemas de clase y en la charla los ahonda basado en la música de la ciudad.
Se posiciona, uno nunca sabe si lo tiene pensado o de instantáneo nomás le sale: “La Abasto Reggae y El cuartito del pepa son los que llevan la batuta del rock platense”, dice y sabe mucho de todas las bandas. Las nombra a todas. Opina de todas. En el track número 4 de su disco -El changarin- se escucha un coro implorar: “Careta de Recoleta que se baja la bragueta con ese rock euro yanqui” y los amigos lo siguen.
En eso le señalo a Zoppi de Encías Sangrantes y él se para y sale gritando su nombre. Lo saluda, Zoppi no entiende mucho y le termina aceptando dos discos changarines. Quizás eso también sea la música de Patín: Zoppi yendo a Bacci a buscar unas rellenas y saliendo con dos discos verduleros bajo el brazo, “Encías también me gusta mucho”, dice cuando vuelve a sentarse.
“El changarín es el que carga y descarga los bultos en el mercado central. Laburé tres meses y medio para juntar plata y grabar el disco (risa oveja). Te digo que prefiero ese laburo que estar sentado ocho horas frente a una computadora. Nos levantábamos a las tres de la mañana, te lavabas los dientes (lo cuenta con tono arrabalero), desayunabas bien, te ibas al mercado, negociábamos y después veíamos las ganancias. Después me iba a laburar a la verdulería hasta al mediodía. Igual… me gusta laburar, ese tipo de laburos encima están re buenos. Prefiero eso que un Ministerio… era más divertido… así me quedaba la espalda”, y larga como toda la noche su carcajada.      

Es todo tan bizarro, la banda es bizarra… yo soy bizarro. Porque después te ponés a pensar y todos somos bizarros”.

La baja de los alquileres es una movida estudiantil que se armó en La Plata pero está repercutiendo en otras partes del país. Patín es uno de los que apoya la movida y el otro día armaron una marcha con música en vivo. “La rompimos”, dice y explica que no existe legislación para las inmobiliarias y de que esto no puede seguir así”. El Rectorado los escuchó -o quizás hayan terminado bailando el reggaeton de Patín- y la protesta avanza.
            Una vez superadas las 15 mil escuchas, Patín hace lo que prometió: cuelga su nuevo tema sobre los alquileres en Myspace. “Se pone bien salado trabajar y estudiar”, dicen y largan teclado tropical, frenético. Sigue la proclama y pasan a cortes de guitarra distorsionadas y se arma un ragga power para tirar esas mezclas que bien identifican a bandas como Encías Sangrantes y El cuartito del pepa, ¿coincidencia?
            Patín, el Changarín sale de Bacci. Llama a un amigo “que anoche lo dejé re tirado”. Se pone los guantes, se pone el casco. Hoy iba a ir a Tecnópolis con su novia porque nunca la saca a pasear, al final no fue, “Voy para Bacci después vuelvo”. Patín lo intercepta al amigo y le obliga una juntada instantánea, sale con su moto haciendo zigzag y en el eco de la desierta y helada diagonal 79 se escucha su risa, de oveja, con ojos rojos.

         

         

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