El sábado jugué al fútbol. Cuando se me acercó el pibe que tenía que marcar le ví cara conocida, tres jugadas y ya suponía de dónde era.
-¿Loco tu apellido es Correa?
Cuando me dijo que sí y que se acordaba de mí empecé a tejer un poco más la situación. Habíamos hecho un minuto de silencio antes de arrancar, tenía una noticia en el diario local que nunca verifiqué y mi garganta ya estaba anudada como para preguntarle. Me lo dijo él: “Mi hermano se murió ayer” y uno más de la pandilla de mi infancia vuelve a caer. Leonel, Tito para nosotros, fue apuñalado directo al pulmón y aguantó nada más que tres días. Se murió ayer me dijo el hermano que se llama Mauricio, como mi hermano, y se le cayó una lágrima; un sábado de fulbito en el lugar donde siempre juego como para no perder más hermanos. El pibe hace el gol que termina por liquidar a nuestro equipo y lo festejan como si fueran el fuego. Después de abrazarlo salgo caminando de la cancha donde está mi hermano esperándome, El Pitu, Mauri; me acuerdo de que el Tito siempre me decía que éramos iguales y cuando lo veo al Pitu con el ceño fruncido finalmente le termino por dar la razón.
3 comentarios:
Buen relato amigo.
Gracias amigo, me ha dolido mucho escribirlo.
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